por Ayda Luisa Córdoba Mosquera
En la primera reunión
pública celebrada por la Organización de Unidad Afroamericana (OAAU) el 28 de junio
de 1964, en el Audubon Hall de Nueva York, Malcolm X disparó literalmente
ráfagas de una verdad que como una radiografía reveló las enfermedades
sociales, económicas y políticas de la población afrodescendiente en general de
esa época pero que pueden trazarse como calcadas en la diáspora africana de un territorio como
Buenaventura.
El periódico El País de
Cali publicó un artículo en el que un investigador de la organización Human
Right Watch, afirma en un informe, que la intervención realizada por el
Gobierno al principal puerto de Colombia, con el ánimo de disminuir los índices
de violencia desbordados, no pasó la prueba pues siguen cometiéndose delitos
como desaparición forzada, persiste la ocurrencia de desmembramientos,
violencia sexual, drogadicción en la juventud y un rosario de flagelos que
demuestran que una sola mano es insuficiente a la hora de atacar problemas
estructurales teniendo como sustento maquillado la acción militar.
Al margen de este panorama
desalentador destacan afortunadamente brotes de cimarronaje como en Los Nayeros
quienes como comunidad se han organizado para contrarrestar y defenderse del
accionar del crimen y también cansados de ver que sus jóvenes son sujetos y
objetos de la violencia.
A propósito de esta
valiente iniciativa, las palabras expresadas con vehemencia por Malcolm X en
1964 podrían decirse desde la terraza del
palacio municipal con un sistema de amplificación tan fuerte que
escuchen hasta la Casa de Nariño. A continuación
algunos fragmentos del discurso. Cada quien es dueño de sus conclusiones:
“Por eso nuestro propósito
es organizar la comunidad... ya que la
policía no puede eliminar el tráfico de drogas, tenemos que eliminarlo
nosotros. Ya que la policía no puede eliminar el juego organizado, tenemos que
eliminarlo nosotros. Ya que la policía no puede eliminar la prostitución
organizada y todos estos males que destruyen la fibra moral de nuestra
comunidad, nos corresponde a ustedes y a mí eliminar estos males nosotros
mismos. Pero en muchas ocasiones, cuando en este país o en esta ciudad ustedes
se unen para combatir el crimen organizado, se encuentran a ustedes mismos
combatiendo al mismo departamento de policía porque ellos están involucrados en
el crimen organizado.
Como a Harlem han venido
estos policías y no han reducido el alto índice de delitos, les digo, hermanos
y hermanas, que ya es hora de que ustedes y yo nos organicemos y eliminemos
estos males nosotros mismos, o de lo contrario nos veremos fuera del mundo
antes de haber sabido siquiera dónde estaba en este mundo.
La afición a las drogas
convierte a nuestra hermana pequeña en una prostituta antes de llegar a la
adolescencia; hace de vuestro hermano menor un criminal antes de llegar a la
adolescencia… y si ustedes y yo somos lo suficientemente hombre para ir a la
raíz de estas cosas, entonces ni siquiera tenemos derecho a andar quejándonos
de ellas en modo alguno. La policía no las eliminará. Nuestra comunidad tiene
que reforzar su responsabilidad moral para librarse de los efectos de años de
explotación, abandono y apatía”.
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Las zonas más deprimidas son estratégicas para el delito. foto: Cortesía |
Coincido con Malcolm X
cuando rescata a los funcionarios buenos que para el caso de Buenaventura o
Colombia sería la fuerza pública en general. No se puede poner a todos en el
mismo saco porque al final de cuentas responden al sistema del Gobierno que de
alguna manera le conviene que la situación se mantenga o empeore.
Este llamado urgente al
alma cimarrona no es sólo para los porteños, también para la gran hermandad del
pacífico que debemos unirnos para apoyar a nuestros paisanos. Debemos unirnos
en una solidaridad propositiva,
proactiva y aceptar la responsabilidad de rescatar lo que se ha perdido
en nuestras comunidades “por los medios que sean necesarios”
Para finalizar esta frase:
“Cuando el negro puede cantar y bailar para complacer al negro, canta una
canción diferente y marca un paso diferente. Cuando nos unimos, marcamos un
paso totalmente nuestro”, Malcolm X.