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jueves, 7 de abril de 2011

Jesús “Chucho” García: Nieto del Retorno



La revista Expresiones, decidió acertadamente, homenajear a Jesús “Chucho” García, activista por los derechos de las comunidades afrodescendientes, que con su amplia trayectoria, ha dejado una huella que las nuevas generaciones están llamadas a continuar.
A continuación presentaremos extractos de la entrevista realizada el pasado mes de marzo del presente año, en donde aborda temas neurálgicos como la discusión entre la denominación “negro” y afrodescendiente, la responsabilidad tanto de la población afro como de los gobiernos y sus nuevos proyectos.

Jesús "Chucho" García  Foto. Cortesía
Jesús “Chucho” García, nació en San José de Barlovento,
Estado Miranda. Es un activista, investigador
y escritor sobre temas africanos y afroamericanos.
Su trayectoria por el tema de África y la Diáspora
Africana comienza a partir de la década de los años
ochenta del siglo pasado, pro diferentes comunidades
afrovenezolanas, teniendo como referencia
su Barlovento natal. Con apoyo de la UNESCO inicia
su largo periplo de investigación en los Archivos
de Sevilla (España), Nantes y Archivos Nacionales
(Francia), Archivo Nacional de Cuba y luego sus investigaciones
de campo en República Popular del
Congo y posteriormente en Benin. En 1987 crea el
Centro de Estudios Afroamericanos Miguel Acosta
Saignes conjuntamente con el Dr. Luis Bigott, en al
Facultad de Humanidades y Educación de la UCV.
Conferencista internacional en Europa, África, las
Américas y el Caribe. Ha publicado más de 20 libros
sobre esta temática y aproximadamente 1200 artículos
sobre problemas históricos, espirituales, culturales
y geopolíticos de África y su diáspora en periódicos y
revistas arbitradas. Es productor del 9 Volumen de la
Música tradicional afrovenezolana, así como de discos
de Jazz, Reggae y fusión. Ha recibido varios premios
nacionales e internacionales por el documental Salto
al Atlántico realizado conjuntamente con la cineasta
María Eugenia Esparragoza, filmado en República del
Congo y Venezuela (1987). Fundador de organizaciones
y movimientos afrodescendientes en Venezuela
, América Latina y África. Miembro de la Fundación
Afroamérica y de la Diáspora Africana (www.fundacionafroamerica.
com.ve) y de la Red Afrodescendientes
de Venezuela (www.redafrodescendientesde-
Venezuela.com). Actualmente ejerce la diplomacia,
desde el año 2008, en Angola en representación de la
República Bolivariana de Venezuela.
Rosángel Aguirre


Como sabes en el mes de marzo se conmemoran dos
fechas importantes, resultado de la lucha por el reconocimiento
de la diáspora africana en los países donde se
practicó la esclavitud, ¿Cuál es el objetivo de esta lucha?
¿Cuál ha sido el camino recorrido en Venezuela? ¿Qué logros
faltan por alcanzar?
El mes de marzo tiene dos significados de vital importancia para
el movimiento afrodescendiente en general. Primero el 21 de
marzo es el día internacional contra la discriminación racial, decretado
por la ONU, a raíz de la masacre que el antiguo régimen
del Apartheid cometió contra miles de jóvenes en Sudáfrica en
la década de los años sesenta del siglo pasado (…).  Venezuela fue firmante de
esa convención a partir del año 1967, donde se comprometió
combatir y prevenir el racismo en sus distintas modalidades. La
ONU ha realizado tres Conferencias mundiales contra el racismo
(1978, 1983 y 2001) lo cual refleja que el tema sigue teniendo vigencia
por las distintas metamorfosis que ha sufrido el racismo
y las formas violentas que ha adquirido en el planeta. Hoy en
Venezuela, reposa en la Asamblea Nacional, un proyecto de Ley
contra la Discriminación Racial desde el año hace tres años y que
no ha sido aprobado, por voluntad Política de los asambleístas y
por falta de presión del movimiento afrovenezolano, indígena y
migrantes. La otra fecha importante en marzo es que se cumple
un aniversario más del Decreto de la abolición de la esclavitud,
elaborado por el presidente José Gregorio Monagas y sancionado
el 24 de marzo de 1954, mas este decreto no garantizó la
ciudadanía plena a los descendientes de africanos en condición
en esclavitud.


¿A qué sectores te refieres? ¿Cómo se evidencia el racismo
en la sociedad venezolana?
Cuando dirigíamos el laboratorio de seguimiento a los mensajes
racistas, lo dejamos en evidencia, más de dos mil mensajes racistas
en los medios de comunicación, publicidad, por internet que
continúan, la ley es necesaria incluso para penalizar. Venezuela
está en mora con la aprobación de esta ley como ya la tiene
México, Argentina, Uruguay y ahora Cuba que después de medio
siglo de Revolución reconocen que el racismo existe, y para ello,
propusieron una Comisión Interministerial contra el Racismo. Es
necesario avanzar más en la detección de la ausencia del Estado,
pese a su esfuerzo, hacia los síntomas de expulsión existente en
las comunidades afrovenezolanos, no podemos esperar como
en Cuba que después de medio siglo del proceso vayamos a
reconocer las fallas. Precisamente las estamos diciendo ahora.
Vayamos a las cárceles, los barrios, las zonas rurales empobrecidas,
la realidad le dirá y usted emitirá su juicio. El proceso Bolivariano
no debe descuidar esas ausencias.H
¿Qué opinas de esta discusión que se viene dando entre
los conceptos Negro vs Afrodescendiente?
Es una falsa discusión si eres “negro” o “afrodescendiente”. Pocas
personas, y disculpe si suena prepotente, NO han investigado
a profundidad el proceso histórico de África y su diáspora aquí
en Venezuela. Pocos, en las últimas décadas, se han metido en
algún archivo para reconstruir la historia y rescatar la memoria.
Pocos han iniciado un proceso de deconstrucción de los conceptos
impuestos despectivamente como “negro”, que fue una
imposición eurocéntrica. Cuando estamos en el África profunda,
la gente no se llama así misma “negra” pues son Kongos, Yoruba,
Fon, Ewe, Mande, Wolof, entre otras configuraciones étnicas.
Cuando discutimos en la tercera conferencia contra el racismo
en Durban, Sudáfrica (2001), llegamos a la definición de Afrodescendiente,
concepto construido socialmente por nosotros,
los de la diáspora africana en las Américas y el Caribe. Afrodescendientes
por ser descendientes de más de 20 millones de
seres humanos arrancados dolorosamente del vientre africano y
dispersado por todo el continente americano y El Caribe.
Somos afrodescendientes por haber conservado nuestros códigos
ancestrales en la música, a la espiritualidad y a los aportes
éticos al proceso libertario de las Américas y, en el presente, lo
seguimos haciendo en las transformaciones sociales que se vive
en nuestros países. No somos afrodescendientes para quedarnos
en el pasado, sino como actores políticos en el presente.
e¿Se puede hacer resistencia cultural a través de la música?
¿Cómo lo hacían nuestros ancestros esclavizados, y cómo se hace hoy día?
En ese contexto por supuesto la música juega un papel importante
para la movilización de nuestras comunidades, así como las
manifestaciones culturales afrocatólicas como “San Juan” los “Diablos
Danzantes”. Por ejemplo, sobre estos últimos, contribuimos a
organizar la Sociedad Venezolana de Diablos Danzantes cuando
en 1989, logramos paralizar un proyecto turístico que provocaría
un desastre ecológico en la población de Chuao (estado Aragua),
lugar donde también logramos que la ONU certificara la mejor
semilla de cacao del planeta. Nuestra música, danzas no son unos
objetos folklóricos, son armas de lucha permanente contra el
Racismo, la discriminación y por la construcción de una sociedad
más justa. Somos un canto a la vida…un canto a la esperanza.
nCuando escribiste la canción “Nieto del Retorno” ¿qué deseabas
expresar?
El Nieto del retorno es un poema que compuse al regresar a un
pueblo llamado Diosso, de la etnia Loango, en Congo Brazaville.
Allí me bautizaron como el nieto que regresa al vientre de África,
donde ya había estado en el 1985. Hoy el Grupo Mina que dirije
Miguel Urbina ha hecho una versión jazzeado de alto valor simbólico
de ese tema, al igual la versión que hice recientemente
con Julio D’Santiago y su banda multiétnica. Esta canción es
la nostalgia, es la búsqueda de la poética perdida en las aguas
profundas del Atlántico, es el arrullo de la abuela eterna que
siempre estará presente en nuestras memorias y corazones.

¿Cómo continuas cimarroneando desde el otro lado del
mundo? ¿Qué misión te han asignado cumplir?
El cimarronaje es una actitud vinculada a la soberanía intelectual
y la afroepistemología, que todo y toda afrodescendiente
debe llevar consigo. Siempre, a cada espacio donde lleguemos
debe contribuir a rehumanizarlo con nuestras actitudes propositivas,
de alternativas ante un mundo que se derrumba por
el factor neoliberal y de miserias humanas. En el año 2001 el
movimiento afrodescendiente en Venezuela y América Latina
y sobre todo, desde Venezuela, lanzamos la estrategia de realfabetizar
a nuestros gobiernos y a los Organismos Multilaterales—
y eso lo hemos logrado—hoy es imposible No hablar
de afrodescendientes. Cobró una vigencia discursiva, y eso es
un logro de cimarronaje práctico intelectual….En la ONU, en
el 2001, pedimos la década de los afrodescendientes, y miserablemente,
aprobaron un año. No debemos permitir que sea “un
saludo a la bandera”. Debemos exigir este año el DECENIO DE
LOS AFRODESCENDIENTES para avanzar en igualdad de condiciones
en las políticas públicas de nuestros Estados.

Cuéntanos para terminar esta conversación ¿cuáles son
tus nuevos proyectos?
Sigo investigando, escribiendo, produciendo discos a la margen
de mi trabajo diplomático. Tengo cuatro libros culminados
sin editar. Tres nuevos discos de la Memoria Música Afrovenezolana.
Dos nuevos documentales, sobre África y su proyección
en América Latina.

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